Lic. Florencia Mouradian
Psicóloga con orientación psicoanalítica especializada en Terapia de Regresión a Vidas Pasadas.
MP: 5932
Acerca de mí
Soy Florencia Mouradian, psicóloga apasionada por el psicoanálisis. Freud y Lacan siempre me guiaron en mi amor por la psicología. A su vez, me especialicé en hipnosis de regresión a vidas pasadas.
Me considero una persona muy creativa y con una curiosidad constante por el conocimiento. Fue así como llegué a la teoría y a los libros de Brian Weiss. Su obra "Muchas vidas, muchos maestros" marcó un antes y un después en mi vida. Al comenzar a leerlo, no pude evitar sentirme profundamente intrigada por su visión. Representó un verdadero cambio de paradigma: al principio me costó asimilarlo, pero una vez que me entregué a esa apertura mental, ya no hubo vuelta atrás.
Continué comprando y leyendo sus libros, uno tras otro, hasta completar toda su colección.
Tiempo después, tuve la oportunidad de conocer a Liliana Hollman, la única discípula de su trabajo en Argentina. Ella se formó directamente con Brian Weiss y adaptó algunos elementos de la técnica, los cuales fueron aprobados por el propio autor.
Realicé mi formación con Liliana, destinada exclusivamente a profesionales del ámbito de la salud. Como parte del proceso de admisión, pasé por un psicodiagnóstico y una regresión inicial, lo que dio inicio a mi experiencia personal en este campo.
La psicología es una ciencia que estudia y trabaja con el alma, con lo consciente y lo inconsciente. En las regresiones encontré una conexión directa con ese propósito: la posibilidad de dialogar con nuestra alma, de entablar una conversación con nuestra consciencia superior y, a través de la intuición, continuar nuestro recorrido de crecimiento interior.
Otra de las razones por las que decidí estudiar psicología fue el deseo de acompañar, sostener y guiar procesos que ayuden a las personas en su desarrollo personal y emocional. La palabra "psicología" significa precisamente "estudio del alma", y la regresión representa uno de los caminos más profundos y directos para conectar con ella, permitiendo acceder a los mensajes del sabio y de nuestros maestros superiores.
A través de la Terapia de Regresión a Vidas Pasadas, es posible abordar síntomas o conflictos que pueden tener su origen en experiencias previas, incluso de otras vidas, así como también trabajar situaciones de abuso o pérdidas, favoreciendo la elaboración del duelo y la recuperación del equilibrio interno.
Regresiones
Descubre tu propósito y esencia
Explora quién eres, cuál es tu misión y encuentra respuestas a tus preguntas existenciales más profundas.
Transforma tu vida
Comprende y resignifica síntomas físicos o emocionales, libera culpa, obten entendimiento y recupera tu coraje.
Integra experiencias y da sentido a tu vida
Conecta con recuerdos, sueños repetitivos o déjà vu, y transforma fragmentos inconscientes en claridad y coherencia.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es la terapia de regresión a vidas pasadas?
Está dentro del marco de una terapia breve, que entiende que hay conflictos que se produjeron en otras circunstancias, en otras vidas, y que una forma de resolverlos es retrotraerse a la situación que les dio origen. Es una herramienta valiosa que permite observar el pasado para valorar el presente. Posibilita recordar para no repetir y recobrar lo ya aprendido y olvidado para vivir esta encarnación con más conciencia.
Desde el punto de vista científico, ¿cómo se avala esta terapia?
Un procedimiento puede considerarse científico cuando la aplicación de una técnica, en distintas circunstancias y bajo condiciones adecuadas, produce siempre un mismo resultado determinado, definido y concreto. En el caso de las regresiones, los resultados conducen a un proceso de interiorización que posibilita la expresión del alma. Cualquier persona, independientemente de su religión o del paradigma en el que se base, puede experimentar esa conexión interior con su alma. Esto, se observa en los numerosos pacientes que han vivido experiencias de regresión durante los más de treinta años de práctica del doctor Brian Weiss, así como en los años de trabajo en Argentina de Liliana Hollman y en mi propia práctica, donde todos coinciden en un resultado semejante: la vivencia profunda de la percepción de su alma.
¿Cuáles son los beneficios de la TRVP?
Cuando nos encontramos en una búsqueda, la regresión puede convertirse en un camino de encuentro con nuestras preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Cuál es mi misión? ¿Por qué me relaciono con cierto tipo de personas? ¿Para qué estoy en este mundo? ¿La vida se trata solo de trabajar y volver a casa? ¿Dónde está esa otra morada que a veces sentimos añorar profundamente? Del mismo modo, cuando aparecen síntomas físicos o emocionales —señales que el cuerpo manifiesta como expresión de dolores guardados—, estos pueden ser comprendidos y resignificados a la luz de la regresión. La terapia también nos permite liberar la culpa, dar y recibir perdón, recuperar nuestro coraje y reconocernos, como decía el religioso, paleontólogo y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin, como somos un alma que vive experiencias terrenales y accede a conocimientos espirituales que antes permanecían inconscientes. Cuando tenemos sueños repetitivos o visitamos lugares que nos resultan extrañamente familiares —el conocido déjà vu—, la regresión se presenta como un proceso de integración, un rompecabezas en el que las piezas comienzan a encajar, y aquello que parecía carecer de sentido empieza a revelarse con coherencia y significado.
¿Qué relación tiene desde la psicología la TRVP?
Si nos duele el cuerpo, acudimos al médico. Pero, ¿qué sucede cuando nos duele el alma? La palabra psicología significa, etimológicamente, "estudio del alma". Quienes buscan acompañamiento terapéutico lo hacen, en esencia, para comprender, superar o transformar algún dolor, fobia o trauma. Cuando ese dolor resulta demasiado grande para ser abarcado en esta vida, puede tener su origen en existencias pasadas. Poder ver y comprender la causa de ese sufrimiento alivia profundamente el dolor y lo transforma en aprendizaje, tanto para quien lo experimenta como para quienes, en el presente o en el futuro, atraviesen procesos similares.
¿Cómo se llega a recordar vidas pasadas?
A través de un estado de relajación profunda y concentración focalizada, el paciente comienza a percibir imágenes, sensaciones o pensamientos, de un modo similar a un sueño. La diferencia es que, en este estado de relajación consciente, la persona puede hablar mientras recuerda, permaneciendo en todo momento en control de la experiencia y con plena capacidad para expresar o solicitar lo que necesite. Al finalizar la regresión, el paciente recuerda con claridad todo lo vivido durante la sesión. Es por medio de su propia intuición y de llegar a un estado de conciencia elevado que puede acceder a ese material de su alma y percibirlo.
¿Cómo diferencio si es un recuerdo o es un producto de mi imaginación?
En una regresión, la persona ingresa en un estado de simultaneidad. Percibe los sonidos externos y permanece consciente de lo que ocurre a su alrededor, pero al mismo tiempo comienza a experimentar imágenes, sensaciones o escenas que pertenecen a otra vida. Estas se proyectan en la mente como si se tratara de una película ya conocida, pero que había sido olvidada. Los indicadores de haber accedido a un recuerdo de una vida pasada se manifiestan, principalmente, a través de las sensaciones corporales que acompañan la experiencia. Liliana comenta el caso de una paciente que, al revivir una vida en la que era un hombre de manos grandes que trabajaba la piedra, sintió sus manos tan pesadas y robustas que pidió abrir los ojos para mirarlas. Por supuesto, pudo hacerlo y continuaron la sesión sin inconvenientes. Otro paciente, que menciona Liliana, que al verse en Rusia en el año 1700, experimentó un frío tan intenso que tuvo que cubrirla con cuatro mantas mientras relataba sus vivencias de aquella época. Estas sensaciones físicas desaparecen completamente al finalizar la regresión, pues pertenecen a ese tiempo pasado. A diferencia de la imaginación —que implica una intención de fantasear con aquello que se desea—, en la regresión las imágenes, pensamientos, paisajes, aromas o cambios de temperatura corporal surgen espontáneamente y suelen sorprender al paciente. Por eso, es fundamental mantener una actitud de observador, sin juzgar ni interferir, permitiendo que el momento se despliegue con naturalidad. Durante la experiencia, el paciente es a la vez testigo y protagonista. El terapeuta, por su parte, permanece atento a cada signo o manifestación que aparezca, acompañando el proceso con respeto y paciencia, ya que el tiempo de cada experiencia es único y no puede forzarse. En ocasiones, las personas se conmueven profundamente al encontrarse en situaciones significativas o al reconocer, en otras vidas, a seres queridos que también forman parte de su presente. Este tipo de reconocimiento constituye un fuerte indicio de la veracidad del recuerdo. Otro indicador frecuente surge cuando, durante la regresión, aparecen nombres, fechas o acontecimientos desconocidos por el paciente que luego pueden ser corroborados en la historia. Por ejemplo nombres y fechas de barcos que existieron y coinciden en el destino y descripción.
¿Cuándo es conveniente realizar una regresión?
La posibilidad de realizar una regresión se evalúa junto con el paciente, acordando en conjunto si es el momento adecuado para llevarla a cabo. La mayoría de las consultas surgen a partir de la necesidad de comprender vínculos que se repiten, o de abordar dificultades físicas o emocionales —como miedos irracionales— que, en muchos casos, se relacionan con experiencias de vidas pasadas. Las regresiones nos muestran que, al dejar esta vida y el cuerpo físico, podemos conservar ciertos hábitos o patrones que tienden a manifestarse nuevamente en la existencia presente. Cada nueva encarnación representa una oportunidad de crecimiento y transformación; por eso, lo esencial es tomar conciencia y reconocer que siempre podemos actuar de manera diferente a como lo hicimos antes. No todas las personas necesitan realizar una regresión para resolver sus conflictos actuales. En ocasiones, existen situaciones muy concretas de esta vida que deben ser atendidas previamente antes de iniciar ese proceso. Los pacientes suelen sentirse contenidos y respetados cuando se les indica que aún no es el momento oportuno para hacerlo. En otros casos, llegar al recuerdo de la infancia resulta suficiente para lograr el propósito de una sesión de regresión, brindando claridad y alivio emocional.
¿Hay un número óptimo de regresiones?
El proceso depende del motivo de consulta y de lo que vaya emergiendo durante las regresiones. Ni el paciente ni el terapeuta pueden anticipar el contenido de los recuerdos, ya que cada experiencia es única y se desarrolla de manera espontánea. En algunos casos, una sola regresión puede generar transformaciones profundas. Por ejemplo, múltiples casos de madres, en la casuística de Liliana, que inicialmente no lograban conectar con el amor que deseaban brindar a sus hijos pudieron, tras una única sesión, restablecer ese vínculo afectivo. En otros casos, las respuestas se van revelando a lo largo de varias regresiones, donde cada una transmite un mensaje que suele completarse o adquirir sentido pleno hacia la tercera sesión.
¿Puede pasar, que no vuelva a mi cuerpo?
Las regresiones no implican abandonar el cuerpo, sino vivir un momento de profundo contacto con el alma a través de la intuición. Es el estado de relajación profunda el que permite enfocar la atención y percibir diferentes estímulos con mayor sensibilidad y claridad. Durante mucho tiempo, las experiencias de hipnosis han sido banalizadas y asociadas a espectáculos o demostraciones superficiales —como aquellas en las que se hace "actuar como una gallina"—, pero eso no tiene ninguna relación con la práctica terapéutica real. La regresión, lejos de ser un show, es un proceso de introspección y autoconocimiento guiado con respeto y propósito.
¿Qué pasa si me duermo?
El momento de la regresión es un encuentro cara a cara con el alma: con sus experiencias, aprendizajes y vivencias que guardan relación con el presente. En ocasiones, también trae un mensaje específico destinado a integrar lo vivido en la vida actual, en el aquí y ahora. Este proceso puede servir para recordar, contrastar o aprender algo que el alma ya ha atravesado. En otros momentos, el cuerpo mismo —a través de su sabiduría— busca descanso y reparación. Cuando el sistema nervioso no logra alcanzar un estado de calma profunda, la regresión puede ofrecerle esa oportunidad: un espacio donde tanto el sistema inmunológico como el sistema nervioso central se aquietan, se reparan y se renuevan.
¿Es necesario creer en la reencarnación para realizar una regresión?
No es necesario creer en la reencarnación. La regresión es, ante todo, un momento de contemplación: no solo de posibles vidas pasadas, sino de nuestra propia alma. Es como observar una obra de arte —un cuadro, por ejemplo—. No hace falta conocer sobre corrientes artísticas para apreciarlo; simplemente se contempla.
¿Creés en la vida después de la muerte?
Personalmente, creo que las regresiones dan testimonio de una verdad profunda: se convierten en un puente entre la orilla del plano consciente y la esencia de nuestro ser eterno. Comprender cómo interactúan las almas durante su permanencia en esta tierra nos permite perder el miedo a la muerte y, al mismo tiempo, valorar cada instante para honrar la vida. Hablar y revivir la experiencia de la muerte en otra vida nos prepara, de algún modo, para dar el gran salto. Cuando una persona llega a recordar el último día de una vida pasada y experimenta las sensaciones desde la perspectiva del alma, el bienestar que siente es tan profundo que ayuda a disolver el temor a morir. Lo cierto es que todos atravesaremos ese momento. Tenerlo presente nos invita a vivir con mayor plenitud, evitando lo que tan sabiamente expresa el dicho popular: "Vivimos como si nunca fuéramos a morir, y morimos como si nunca hubiésemos vivido."
¿Cuál es el aporte de las regresiones para la comunidad?
Las regresiones nos ayudan a ser más respetuosos y compasivos, tanto con nosotros mismos como con los demás. Nos permiten reconocer y honrar el yo ajeno, y nos brindan la posibilidad de ponernos verdaderamente en el lugar del otro al revivir distintas experiencias y roles a lo largo del tiempo. A través de ellas, podemos experimentar las dualidades de la existencia —los opuestos de riqueza y pobreza, salud y enfermedad, fuerza y fragilidad—, y así encontrar nuestro centro, valorar nuestro propio ser y el de quienes nos rodean.